La ciudad Brno, pronunciada como ¨Berno¨ no es un lugar cualquiera. Eclipsada por la belleza de Praga, esta capital de la región de Moravia tiene un pasado histórico muy importante, mezcla de alemanes, flamencos, judíos.
Ciudad destacada en el imperio austro-húngaro, más tarde la revolución industrial tuvo gran impacto en la ciudad.
El ilustre personaje Gregor Mendel, investigador sobre genética que desarrolló sus propias teorías, Leyes de Mendel, a partir de los trabajos que desarrolló con guisantes, tiene una plaza con su nombre en Brno. Estudió en la Universidad de Brno y vivió durante varios años en la ciudad.
Y es que Brno es una ciudad de estas que podríamos denominar estudiantil.
Se dice que durante el curso uno de cada ocho habitantes de la ciudad son estudiantes de las diferentes facultades que alberga la ciudad. Siendo cada vez más los estudiantes extranjeros erasmus, y esto da un agradable ambiente a la ciudad.
Brno es una ciudad de poco menos de 400.000 habitantes, aunque si contamos el área metropolitana puede llegar hasta los 700.000. En cualquier caso es una ciudad que invita al paseo, y si no apetece pasear mucho, siempre se puede disfrutar de un viaje en el tranvía, un viaje al pasado.
Son varios los lugares que se pueden visitar en la ciudad, pero como en casi todas las ciudades centro europeas lo que más merece la pena es perderse por sus calles y respirar la historia que llena cada rincón.
¿Qué ver en Brno?
Como casi cualquier ciudad europea que se precie, cuenta con su catedral, su castillo, su plaza del mercado, etc. Además es una ciudad donde el verde de los árboles predomina. Desde luego, debería ser una parada obligatoria si se viaja a la República Checa.
Catedral de Brno
La catedral de San Pedro y San Pablo, que aunque por los incendios sufridos por los ataques de los suecos durante la guerra de los treinta años.
Fue finalizada en el siglo XX, data del siglo XII. Es de estilo gótico, y de nuevo sus tejados verdes te recuerdan que estás en el centro del viejo continente y que la historia te rodea completamente.
A la catedral la rodea un pequeño parque llamado Denisovy.
Todos los habitantes de Brno te contarán la cómica historia sobre cómo fueron capaces de hacer retroceder a los suecos durante la guerra de los treinta años. Y es que había un general sueco que deseaba terminar con el asedio después de tanto tiempo de guerras.
Por lo que decidió que al día siguiente que, si a las doce del mediodía no habían conseguido asaltar la ciudad, la abandonarían.
Pues a las once de la mañana el campanero de la catedral hizo sonar las campanas, de modo que el asedio terminó una hora antes de lo previsto, y Brno se libró por fin de los suecos.
Parque Spilberk y Castillo
Y muy cerca de la catedral de San Pedro y San Pablo se encuentra uno de los sitios más tranquilos y relajantes de toda la ciudad, el parque Spilberk. Pasear por él, sentarse, disfrutar de las vistas del resto de la ciudad, y por fin entrar en el castillo, Hrad.
Castillo que recuerda a los castillos medievales de Rumanía. Se dice que durante la Segunda Guerra Mundial fue el centro de operaciones de los nazis.
Volviendo al centro de la ciudad vieja, nos encontramos con el mercado de las verduras, un lugar donde aún hoy en día el mercado funciona como ha funcionado durante siglos.
Puestos donde comprar alimentos, rodeado de edificios que te vuelven a recordar a la vieja Europa, una plaza del mercado con la peculiaridad que está inclinada.
En el centro de la plaza se encuentra la fuente del Parnaso. En esta plaza también está el Teatro Reduta. No hay que olvidar que la oferta cultural de Brno es bastante amplia.
Se dice que en este teatro tocó Mozart cuando nadie le conocía y a penas contaba con 11 años. Brno se encuentra a unos 130 kilómetros de Viena, y a unos cuarenta de la frontera con Austria.
El edificio del Ayuntamiento de Brno, junto a la oficina de información del turista tiene dentro de sus puertas lo que algunos habitantes de la ciudad en el siglo XVII pensaron que era un terrorífico dragón disecado.
Hoy es el símbolo de la ciudad. Y este dragón no era tal, si no un cocodrilo disecado que trajeron los otomanos a la ciudad.
Un paseo por esas callejuelas de la ciudad vieja te transportan a otros tiempos.
Nemsti Svobody
Nemsti Svobody o Plaza de la Libertad es el actual centro comercial, aunque cuidado con el tranvía que lo atraviesa.
Lo más curioso o bizarro de esta plaza es su supositorio en frente de un edificio de cristal que no tiene absolutamente nada que ver con el resto de la plaza, benditos arquitectos…
Teatro Mahen
Si atravesamos la calle Koblizna, llegaremos al Teatro Mahen. Se dice que fue el primer teatro del mundo en tener luz eléctrica, quizás esto se deba a su importancia como ciudad industrial. De hecho la ciudad cuenta con un museo de dedicado a la industria, el Museo Artesano Industrial.
Legado comunista
Pero no sólo nos encontramos en Brno con los vestigios arquitectónicos de la vieja Europa medieval, también quedan muchos vestigios de la Europa comunista, estos se pueden ver en edificios como el Teatro Janackovo, o en los bloques de viviendas de algunos barrios de la ciudad.
A todo esto hay que sumarle las bondades de la cocina checa y el ambiente nocturno que tiene debido al gran número de estudiantes universitarios que llenan la ciudad. Brno es una ciudad desconocida, pero visitarla merece mucho la pena.
Hermosa ciudad checa, muchas gracias por la información.
Hola,
La verdad que sí es una ciudad muy bonita que merece la pena visitar.
Saludos!!