A veces en los viajes, cuando te mueves de un lugar a otro, es este trayecto más impresionante que el lugar que vas a visitar. Esto nos pasó cuando fuimos a Kazbegi por la carretera militar de Georgia. Pero no era la primera vez que habíamos tenido la sensación de disfrutar de unos paisajes increíbles en una carretera, nos pasó en Isla de Reunión, cuando fuimos a visitar Cilaos y el Piton des Neiges en transporte público, por la carretera de Cilaos, increíble.
Pues vivimos nuestra segunda experiencia en carretera única, la montañosa carretera militar de Georgia. Y la llamo montañosa porque las auténticas protagonistas fueron sus impresionantes montañas que conformaban un paisaje como nunca había visto antes.
Pero veamos primero por qué esta carretera se llama así, y cuál es su historia.
Historia de la carretera militar de Georgia
Este no es un camino nuevo, ni mucho menos, su trazado se remonta a antes del siglo I a.C. Los extremos de esta carretera son Tiflis y la ciudad rusa de Vladikavkaz, de modo que fue usada entre otros fines, como ruta comercial. Pero también como punto de entrada de los rusos hacia Georgia, para de, cualquier manera, conseguir que estos fueran algo más que unos simples vecinos, parte de su territorio.
La carretera como tal no se hizo hasta el siglo XIX, y fueron los rusos los que llevaron a cabo el titánico esfuerzo de construir por las montañas su trazado. No en vano, esta carretera pasa por la ahora estación de esquí de Gudairi.
Pero las primeras montañas se pueden ver una vez pasas Ananuri, una preciosa fortaleza georgiana. Es una parada obligatoria.
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Pues sí, el Cáucaso, esas montañas infranqueables, difíciles, frontera natural entre Georgia y Rusia, son un espectáculo que tienes que vivir y disfrutar.
Cuando sales de Ananuri, empiezan a tomar forma y altura unas montañas, que conforme pasan los kilómetros se van haciendo más y más altas. Y también los coches empiezan a subir y subir, y ves como las curvas, a veces imposibles te van llevando a las cumbres nevadas.
Uno de los puntos más espectaculares los puedes ver una vez pasas la estación de esquí de Gudairi. Por algún motivo, no sabría decir cuál, sentí que hubiera vuelo treinta, cuarenta años atrás en el tiempo. Quizás los camiones y coches que circulaban, al ser de aspecto soviético, me hizo pensar que había hecho un viaje en el tiempo.
Y, fue en ese momento cuando la carretera empieza a descender, y la nieve lo invade todo, sentí estar dentro de alguna escena del Doctor Zhivago, raro, no? A la par de la carretera había un túnel, que muy buena pinta no tenía, pero que parecía que se usaba. Quizás sea en la época de muchísima nieve, cuando la carretera se hace intransitable, el momento en el que ese túnel se usa para poder atravesar esta parte montañosa de la carretera militar georgiana.
Poco a poco, el color blanco fue dando paso al verde, aún habiendo a cada lado de la carretera impresionantes moles, ya no lo eran tanto. La distancia hasta Kazbegi, una montaña que se eleva a nada menos que 5.033 metros de altura, ya era menos. Y aún menos era la distancia a Stepasminda, donde disfrutamos de una de las iglesias situadas en un lugar espectacular, Gergeti.
Mirábamos a Kazbegi y sabíamos que justo detrás se encontraba Rusia, puesto que esta montaña es la frontera física y política entre ambos países. Y mirábamos a nuestro alrededor, y eran decenas los rusos que habían llegado hasta allí para ver y disfrutar de una de las estampas más conocidas de Georgia, Gergeti mirando a Kazbegi.
Y si no tuvimos poco con la ida hacia Kazbegi, disfrutamos del mismo camino a la vuelta a Tiflis, pero con otra perspectiva. Aunque parezca una tontería, esta vuelta también nos encantó, al final, el trayecto contrario, de alguna manera es diferente. Así que ese día disfrutamos de muchas cosas, la iglesia de Jvari, Mtskheta (antigua capital de Georgia), Ananuri, Gergeti frente a Kazbegi y esta preciosa carretera militar de Georgia.
Alojamiento en Tiflis
La verdad que Tblisi es una ciudad con bastante turismo, sobre todo rusos y otras nacionalidades de ex repúblicas soviéticas, así que si hay algo que no falta es el alojamiento de todo tipo, categoría y precio.
Nosotros fuimos durante la semana del 1 de Mayo, que es la fiesta nacional rusa, por lo que la ciudad, bueno todo el país, estaba lleno de rusos. Nos costó un poco encontrar un alojamiento que estuviera céntrico y que además su precio estuviera bastante bien, por algún motivo todo estaba carísimo.
Finalmente nos decidimos por el Red Fox Guest House. La verdad que está muy bien, es un alojamiento bastante nuevo, las habitaciones son normales y el los baños son compartidos. Además tiene el desayuno incluido.
La localización de Red Fox Guest House es muy buena, pues se encuentra a unos tres minutos o cuatro andando de la Plaza Meidan.
Tamara es la persona dueña del alojamiento y responsable, realmente una persona muy agradable que nos ayudó muchísimo y nos dio mucha información sobre la ciudad.
De hecho, en nuestra vuelta a Tiflis, para tomar el avión de vuelta, nos volvimos a quedar allí.
En el siguiente enlace, Red Fox Guest House, puedes ver la disponibilidad de fechas, precios y más fotos sobre este alojamiento.
También puedes ver más opciones en el siguiente enlace, Alojamiento en Tiflis.
Seguro de viaje Georgia
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