Si hubo un lugar durante nuestro viaje a Georgia que nos sorprendió de forma muy grata, fue la capital del país, Tiflis, o como se escribe en todos los idiomas menos en castellano, Tblisi.
Esta no es una ciudad moderna, a ver sí lo es, pero no es moderna en cuanto a que su historia, ya que su fundación data del siglo V, ni más ni menos.
Debido a su situación geográfica estratégica, en el Cáucaso, entre dos continentes, el asiático y el europeo, dominación de territorios, comercio, etc, siempre ha sido una ciudad con mucha vida y con muchísima historia.
Y también ha sido objeto de guerras, invasiones, devastaciones por parte de los persas, bizantinos, árabes, mongoles, otomanos. En los últimos siglos, ha sido más bien Rusia el país que ha ejercido la mayor influencia sobre el país, Georgia, y por ende, sobre Tiflis.
Fue este control ruso el que hizo que la ciudad creciera tanto económica como políticamente. Una muestra clara de este periodo es la Avenida Rustaveli. Por suerte, el afán ruso y soviético de demoler antiguas edificaciones para crear, sobre todo en la época soviética, moles de hormigón, no ocurrió en Tblisi.
Así pues conserva un precioso centro histórico, una ciudad vieja donde la mezcla de culturas, religiones y nacionales compartían el día y la noche. Toda esta mezcla de culturas y religiones, así como nacionalidades vino dado por las diferentes rutas comerciales que atravesaron la ciudad, siendo la más conocida e importante, la Ruta de la Seda. En la Plaza de Meidan, aún se conservar uno de los bazares más importantes de la época. Ahora vende artesanía y recuerdos para los turistas.
El río Mktvari es un gran protagonista en la ciudad. Su erosión ha creado acantilados, sobre los cuales cuelgan casas que pareciera que en cualquier momento se vendrán abajo, pero no, resisten.
Este río trata de dividir la ciudad en dos, pero realmente, la convierte en una ciudad dual, con el mismo espíritu a las dos orillas.
Después de esta pequeña introducción a la historia de la ciudad, la más importante del Caúcaso, te contamos cuáles son los lugares de la parte más antigua de la ciudad que puedes visitar, y perderte por sus calles.
La ciudad de Tiflis es realmente segura, tanto de día como de noche, lo mismo que el resto del país. Tu única precaución tiene que ser no excederte en el consumo de kachaphuris y mantener la línea…
Qué ver en Tblisi
Desde luego que Tiflis o Tblisi es una ciudad que da para mucho, y si lo que quieres es intentar imaginar una vuelta a un pasado lejano, recorrer la parte más antigua de la ciudad es una auténtica delicia.
Además, te da la sensación de estar en un pueblo grande más que en una ciudad, y desde luego, muchísimo menos la sensación de estar en una urbe de más de un millón de habitantes.
Fortaleza de Narikala
La fortaleza de Narikala se sitúa en lo más alto de una colina que vigila la ciudad. Está en el centro de la ciudad, y a sus pies se encuentra la ciudad vieja, con la plaza de Meidan y el barrio turco de Abanotubani.
Sin duda alguna, esta fortaleza que data del siglo IV es la postal de Tblisi. Además, dentro del recinto se encuentra la iglesia de San Nicolás, otra joya del estilo ortodoxo.
Si miras hacia la derecha, verás cómo se extiende la ciudad a través de las diferentes colinas.
No parece Tiflis una ciudad construida al uso, si no que parece que se ha edificado de manera no muy ordenada.
Las vistas desde lo más alto, quizás sean las mejores de la ciudad, ya que se puede observar completamente la ciudad vieja, el río Mktvari con la estatua ecuestre del Rey Vakhtang, a su lado la iglesia de Metekhi y el barrio de Avlabari.
Puedes subir hasta la fortaleza de Narikala andando, a través de las callejuelas del barrio viejo. O si cruzas hasta el novísimo parque Rike, a través del puente Metekhi, llegas hasta el funicular que le lleva directamente, sin esfuerzo hasta lo más alto de la fortaleza.
Cerca de la fortaleza, a su izquierda, verás que hay una estatua de dimensiones impresionantes, se trata de la escultura de la Madre de Georgia.
Esta escultura enorme, también llamada Kartlis Deda se levantó en el año 1958 con motivo del 1500 aniversario de la ciudad, ni más ni menos. Trata de simbolizar el carácter georgiano, con una espada en su mano derecha, preparada para matar a sus enemigos, y con un cuenco de vino, listo para dar la bienvenida a sus amigos.
Está hecha de aluminio y viste el traje tradicional georgiano. Una curiosidad más de esta curiosa ciudad.
Abanotubani
Debido a ese cruce de caminos, de las caravanas que viajaban de este a oeste y al revés, Tblisi se convirtió en una de las paradas de esos mercaderes que llevaban mercancías exóticas.
Este cruce de caminos también resultó muy importante para atraer diferentes personas de diferentes culturas y religiones. Y en un lugar como el Cáucaso, con el imperio otomano tan cerca, era difícil que no existiera un asentamiento árabe en la ciudad.
Hablo de Abanotubani, donde se encuentra un mezquita que recuerda más al imperio persa en sus azulejos azules y la forma de sus minaretes que a otras zonas musulmanas.
En este barrio vivían musulmanes y turcos. Por eso, tradicionalmente estaba repleto de baños turcos. En los últimos años, debido al auge de la popularidad de estos, se han rehabilitado algunos de ellos.
También se pueden ver las bóvedas de ladrillos que correspondían a las cocinas, donde se preparaba comida para los más necesitados y se distribuía de forma gratuita.
Pero si hay un lugar que realmente nos gustó, fue seguir el sendero del pequeño río que atraviesa el barrio hasta el final. Aquellos poco más de ciento cincuenta metros, quizás menos, parecían llevarnos a un pueblito pequeño, que terminaba con una cascada elegante. Pero no, seguíamos en Tiflis, la capital del Cáucaso.
Es muy apacible y da tranquilidad, más allá de las atascadas carreteras que atraviesan la ciudad.
Metekhi y el Rey Vakhtang
Mirando desde la Plaza de Meidan, una de las cosas que más llaman la atención es la de la escultura ecuestre, que pertenece al Rey Vakhtang, y ¿Quién es este personaje histórico? Pues ni más ni menos que el fundador de la ciudad, y como en todos los lugares, existe la leyenda que cuenta por qué este rey eligió precisamente ese lugar para fundar una ciudad, la que con el tiempo se convertiría en centro de la cultura y economía del Cáucaso.
La leyenda dice que este rey se acercó hasta las tierras que hoy son Tblisi a cazar con un halcón. Este ávido pájaro fue capaz de cazar un faisán, pero resulta que tanto el halcón como el faisán cayeron al lado de unas aguas termales, y ambos pájaros murieron escaldados.
Esta situación impresionó tanto al rey que decidió construir ahí la ciudad, llamándola algo parecido a Tpili, aguas calientes en georgiano. Y es que en Tblisi hay aún aguas termales sulfurosas, las verás en el riachuelo del barrio de Abanotubani.
La Iglesia de Metekhi data del siglo XIII está construida exactamente en el mismo lugar donde el Rey Vakhtang levantú un santuario en el siglo V.
Realmente, tanto la figura ecuestre del rey fundador como la iglesia, es una de las postales más típicas desde hace muchos de Tiflis.
Catedral de Sioni
La Catedral de Sioni no es la que vemos desde muchos puntos de la ciudad, con una enorme cúpula dorada. Es es la nueva catedral, de reciente construcción.
Sin embargo esta catedral no es una catedral como nos las imaginamos o hemos visto en otros lugares. Es de un tamaño más bien pequeño, y no destaca alrededor de una plaza u otros edificios de menor envergadura, es más, se encuentra en una plazoleta, bajando unas escaleras, y está rodeada por otras dos iglesias que parecen vigilarla. Curioso, ¿no?
La catedral en si no llama mucho la atención, pero si es catedral lo es por un motivo. Esta se ha construido en varias ocasiones, desde el siglo VI, debido a diferentes destrucciones que ha sufrido. Y en su interior se haya la cruz sagrada de San Nino, hecha con ramas de vides y atadas con el cabello del santo. Este es motivo para los georgianos de culto.
Esta catedral se sitúa cerca de la Plaza de Meidan, y da comienzo a una nueva zona, y además, peatonal. Llena de calles y callejuelas con terrazas, bares, con los típicos balcones que caracterizan la ciudad. Hechos de madera, adornados y pintados de diferentes colores.
Kote Abkhazi
Esta es una calle que realmente se merece ser paseada. Es tranquila, digamos que es ese punto de inflexión entre la ciudad vieja, y la ciudad nueva del siglo XIX, Rustaveli. Hoy una calle infestada de tráfico, donde se respira contaminación por doquier, eso sí, con edificios muy bonitos, propios de la época.
Así pues, resulta un lugar muy agradable para pasear. La presencia de la comunidad judía, a día de hoy viven en Tblisi alrededor de tres mil es notable en esta zona, y es que ahí se encuentra la Gran Sinagoga.
Si buscas un patio interior con terrazas y algunos bares, no dudes en parar para tomar una cerveza georgiana y un khachapuri. Gastronomía típica de la ciudad.
Avlabari
Este es el barrio encima de los acantilados del río Mktvari, es bastante tranquilo y la arquitectura es la propia de la ciudad, merece la pena un paseo.
Este barrio también es el hogar de algunas embajadas que están en Tiflis. Los restaurantes con vistas a la fortaleza (nosotros no fuimos) tienen pinta de ser los sitios perfectos para ver un atardecer sobre la Plaza de Meidan y el fortaleza, quizás las mejores vistas.
Caminando por este barrio, puedes encontrar restos de lo que fue la antigua muralla, o una de las antiguas murallas de la ciudad.
Plaza de Meidan
La Plaza de Meidan quizás sea el punto neurálgico actual de esta ciudad vieja. Con decenas de bares y restaurantes alrededor, siempre con una ambiente que parece no dormir, y es que no son pocos los bares que abren 24 horas, así que si quieres fiesta, esta plaza y sus calles aledañas son el lugar perfecto.
Debajo de la Plaza Meidan se encuentra el antiguo Bazar Meidan, de la época de la Ruta de la Seda, mantiene una estructura abovedada con ladrillos. Pero hoy se venden artículos de recuerdo y artesanía típica. Tiene entrada y salida por ambos laterales de la plaza.
La Plaza Meidan también es el principio de la mini ascensión hasta la fortaleza de la ciudad, y por el camino se encuentra la Catedral armenia de San Jorge. Su cúpula cónica color verde la hace inconfundible.
Otra de las cosas que realmente me gustaron de la Plaza Meidan y alrededores es perderse por la callejuelas y encontrarse con balcones coloridos, balcones típicos georgianos. Disfrutar de la tranquilidad, y descubrir rincones que no vienen en ningún lugar.
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La verdad que Tblisi es una ciudad con bastante turismo, sobre todo rusos y otras nacionalidades de ex repúblicas soviéticas, así que si hay algo que no falta es el alojamiento de todo tipo, categoría y precio.
Nosotros fuimos durante la semana del 1 de Mayo, que es la fiesta nacional rusa, por lo que la ciudad, bueno todo el país, estaba lleno de rusos. Nos costó un poco encontrar un alojamiento que estuviera céntrico y que además su precio estuviera bastante bien, por algún motivo todo estaba carísimo.
Finalmente nos decidimos por el Red Fox Guest House. La verdad que está muy bien, es un alojamiento bastante nuevo, las habitaciones son normales y el los baños son compartidos. Además tiene el desayuno incluido.
La localización de Red Fox Guest House es muy buena, pues se encuentra a unos tres minutos o cuatro andando de la Plaza Meidan.
Tamara es la persona dueña del alojamiento y responsable, realmente una persona muy agradable que nos ayudó muchísimo y nos dio mucha información sobre la ciudad.
De hecho, en nuestra vuelta a Tiflis, para tomar el avión de vuelta, nos volvimos a quedar allí.
En el siguiente enlace, Red Fox Guest House, puedes ver la disponibilidad de fechas, precios y más fotos sobre este alojamiento.
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