Yangón un lugar poco visitado
Aterrizar en el epicentro del eje del mal, Yangón, con cierta curiosidad por saber cómo va ser cruzar el mostrador de los visados, si va a haber interrogatorio, y al final, nada de nada, una foto a través de una cámara web y ya estamos en el país, antigua Birmania, hoy Myanmmar.
El capitalismo desenfrenado empieza a despertar en un país sometido a una dictadura militar de carácter comunista.
¿Qué ver en Yangón?
Yangón, o como se la solía conocer Rangún, es una ciudad destartalada, con edificios que parecen jaulas de grillos, negros por la humedad. Un ajetreo constante pero sin desenfreno, tráfico con un caos controlado.
Hay una irremediable esencia de colonialismo en muchos edificios, y sin rastro aparente de la Junta Militar, no se ve, pero quizás te esté vigilando.
La tranquilidad de sus habitantes, sus medias sonrisas transmiten una sensación agradable.
El centro histórico de Yangón se dibuja con tira líneas. Cuatro calles principales en paralelo y decenas de callejuelas llenas de vida, pintadas en perpendicular. Cuando se pasea por las calles principales se esquivan continuamente los puestos callejeros, algún perro, y la sensación de entrar en un mundo que empieza a despertar.
Las calles perpendiculares, de igual manera, inundadas de puestos de comida y otros artículos. Quizás en dos años ya no se pueda hablar de una Yangón tranquila, pausada y anclada en el pasado.
La Pagoda de Shwedagon domina toda la ciudad, desde edificios altos, cuando cae la noche, un punto dorado dice aquí estoy.
Budistas, musulmanes e hinduístas parecen tener una convivencia pacífica en Yangón, el barrio hindú se extienda hacia la derecha mirando al frente de la Pagoda de Sule, muestra de arquitectura hindú, al lado de mezquitas, barbas largas, pieles oscuras, una amalgama de razas y credos.
Como muestra del despótico colonialismo, está el recuperado Hotel Strand. Donde aún los occidentales hoy, los hombres de negocios, expatriados y diplomáticos se encuentran como antaño, y de nuevo se sospecha que la Junta Militar que no se ve, ahí está.
Hasta el último pueblo de Asia cuenta con un mercado, lugar donde antaño se encontraban además de las cosas del día a día, otras de países más lejanos. Y Yangón no es menos que otras ciudades. Cuenta con el mercado Bogyoke Aung San. Muestra con orgullo sus productos más típicos, su artesanía, todo lo que nuestros ojos desean ver.
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Hay un recorrido en Yangón que es la muestra más palpable de lo que es esta ciudad, y este país. Un recorrido circular en tren por la ciudad y sus alrededores. A penas tres horas marcan la diferencia entre lo que piensas que ocurre en Yangón, y lo que realmente pasa.
Este recorrido circular empieza en la Estación Central de Rangún. El tren es el medio de transporte más barato de la ciudad, tanto es así que al día más de ciento cincuenta mil personas viajan en él. Así pues, si buscas una experiencia de lo más local, este trayecto es la mejor. Su precio apto para cualquier bolsillo, menos de 40 céntimos el billete, que lo puedes comprar directamente en las taquillas de la estación.
En el último mes del monzón la lluvia es el protagonista de la noche.
Se puede comer en restaurantes locales por 1500 kyats (moneda local) un plato más bebida.
Si te gusta andar, piérdete por sus calles y callejuelas, es una ciudad muy segura.
50th Bar, en la calle perpendicular 50, hacia el puerto, lugar de encuentro de occidentales, con precios occidentales, si quieres vida local, mejor evítalo, ya que los clientes son mayoritariamente expatriados.
Alojamiento en Yangón
El alojamiento en Yangón es variadísimo, hay para todos los gustos y bolsillos, pero también es cierto, que si comparamos con los países del alrededor, resulta más caro y la calidad es bastante menor.
En Yangón hicimos dos paradas, al aterrizar en el país, y al abandonarlo, así que fueron dos alojamientos diferentes los que probamos.
El primero fue una recomendación que nos hicieron, el Mother Land Inn 2, y la verdad que para ser nuestra primera aproximación al país, no estuvo nada mal. Puedes ver en el siguiente enlace más información, reservas y disponibilidad, Mother Land Inn 2.
Está en el centro de la ciudad, y puedes disfrutar de un buen paseo desde el hotel hasta los lugares más visitados de la ciudad, e incluso, puedes andar y callejear por lugares quizás no tan transitados por turistas, pero que te muestran el día a día de lo que pasa en Yangón.
La segunda vez, llegamos hasta la Sule Pagoda, donde hay mucha vida, y también mucho alojamiento. Después de mirar en varios sitios, decidimos quedarnos en el Sule Sapphire Inn. Tenía un toque muy kich, pero estaba muy bien. Quizás le faltaba la personalidad del Mother Land Inn 2, pero estaba muy bien situado, y la estancia fue muy agradable.
En cualquier caso, puedes ver otras alternativas de alojamiento en el siguiente enlace, Alojamiento en Yangón.
Seguro de viaje Myanmar
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